La parasha
Shemot da inicio a la esclavitud del Pueblo de Israel en
Egipto. Curiosamente, dicha opresión no comienza
con un acto violento de conquista o imposición. Más
bien la esclavitud comienza cuando Faraón decide
colocar autoridades que vigilen el trabajo de los hebreos.
El versículo 11 dice: “Veyasimu alaiv sarei
misim leman anoto besivlotam- y pusieron sobre él
autoridades para afligirlo con sus cargas”.
La pregunta
es ¿qué era exactamente la aflicción
que los egipcios ponían sobre los israelitas? El
versículo termina diciendo que construían
ciudades de almacenaje para Faraón. A simple vista
trabajar y construir no representa aflicción por
sí mismo. Al contrario, el trabajo dignifica y conlleva
una satisfacción personal al contemplar el resultado
del mismo. Precisamente en eso consistía la opresión:
en el resultado del trabajo, ya que el propósito
del trabajo exigido no correspondía con el propósito
y la misión del pueblo de Israel. Por eso el versículo
especifica “con sus cargas”, es decir, se le
imponía a Israel un trabajo que no correspondía
con su misión.
Ese
es el origen de la esclavitud, andar en un camino, trabajar
para un proyecto, que no contribuye al propósito
de vida de una persona. No fue hasta que Moshe dijo a Faraón:
“Déjanos ir para que sirvamos a nuestro Dios”
que Israel recuperó su razón de ser y luchó
por alcanzar la misión para la que fue creado.
Corresponde a nosotros entonces identificar nuestro verdadero
propósito en la vida y trabajar para alcanzarlo.
Solamente de esa manera nuestro trabajo no será una
opresión ni una carga, sino un camino a la libertad.